La his­to­ria de Ponsse: ¿Dónde empezó todo?

La his­to­ria de Ponsse El perro cal­le­jero que vagaba por las cal­les del pue­blo de Vie­remä nunca ima­ginó que su nombre sería recor­dado durante déca­das. El pri­mer autocar­ga­dor desar­rol­lado por el empre­sa­rio de maqui­na­ria fores­tal Einari Vidgrén reci­bió el nombre de este perro, Ponsse.

En ese momento, había un perro aban­do­nado, de raza desco­nocida, vagando por el pue­blo. Era grande, gris y bas­tante feo, y su nombre era Ponsse. Pero era un exce­lente caza­dor y nunca aban­donó la per­secución mient­ras cazaba. En cualquier clima y sin impor­tar el lugar (en el pan­tano o en el bosque), cazaba de todo, desde rami­tas hasta arbus­tos. Cuando los caza­do­res salían con el Ponsse, nunca regre­sa­ban con las manos vacías.

Kauko Väi­sä­nen, el marido de la her­mana de Einari y un talen­toso her­rero local, les per­mi­tió uti­lizar su tal­ler. Fue allí, en este sencillo tal­ler de pue­blo, donde Einari abrió su pri­mera “fábrica de máqui­nas fores­ta­les”.

Los soni­dos de molienda y mar­til­leo sobre el metal y los rui­dos de sol­da­dura pro­ve­nien­tes del pequeño lugar se podían escuc­har desde la mañana hasta la noche. Lauri Uuk­su­nen aportó su expe­riencia única en proce­sos de sol­da­dura. Los días estu­vie­ron comple­ta­mente lle­nos de pla­ni­ficación y con­strucción de dife­ren­tes alter­na­ti­vas. Los ejes fue­ron toma­dos pres­ta­dos de una vieja car­ga­dora de rue­das. El cha­sis estaba equi­pado con un potente motor. En la parte supe­rior se ins­taló una grúa Wärt­silä.

Los aldea­nos tenían curio­si­dad por ver el progreso de la obra y, al ver la máquina, se pre­gun­ta­ron: “¿Qué clase de ‘Ponsse’ es esta?” “Ahora incluso tiene nombre. Será un Ponsse”, rió Einari.

Des­pués de meses de duro tra­bajo, a fina­les del invierno fin­landés de 1969, salió del tal­ler un trac­tor fores­tal autocar­gable (y, en opi­nión de mucha gente, feo). Fue la pri­mera máquina Ponsse. Se puso en funcio­na­miento en la zona de cosecha de Teh­das­puu. Tras un año de funcio­na­miento, la gente de Teh­das­puu llamó y pre­guntó: “¿Por qué no fabrican más de estos skid­ders? Trans­por­ta­ban vein­ticinco mil qui­nien­tos met­ros cúbicos de madera api­lada y requerían muy poco man­te­ni­miento”. Al escuc­har esta petición, Einari saltó de su silla y le dijo a su esposa. “¡Voy a abrir una fábrica!” “¡Una fábrica!” exclamó la esposa, sorpren­dida. —Así es, una fábrica —dijo Einari y se fue. Y par­tió en su coche hacia el pue­blo.

Este Ponsse saca troncos de pan­ta­nos y nieve pro­funda. Igual que su homó­nimo caza liebres en los mis­mos luga­res.- Einari Vidgrén (1943–2010), fun­da­dora de Ponsse

Prueba de con­ducción en Nis­silä

Artículo de perió­dico, 1970 / Iisal­men Sano­mat

BUENA EXPE­RIENCIA CON EL PRO­TO­TIPO DE TRAC­TOR FORES­TAL DE VIE­REMÄ

La pro­ducción de trac­to­res fores­ta­les comenzó en Vie­remä. El pri­mer trac­tor fores­tal fabricado por Einari Vidgrén ya se está pro­bando desde hace algún tiempo en Metä­liitto, en el bosque de Viljo y en el bosque de Martti Sahl­ström en Nis­silä. Las prue­bas de con­ducción en ter­re­nos difíci­les fue­ron un éxito, incluso supe­rando las expec­ta­ti­vas.


“Pla­nea­mos comenzar a fabricar dos máqui­nas simi­la­res inme­dia­ta­mente, y una pro­ducción en serie más grande comenzará una vez que el edi­ficio industrial en la ciu­dad esté listo”, dice el empre­sa­rio de maqui­na­ria fores­tal Einari Vidgrén.

“Con los años, he lle­gado a la conclusión de que los trac­to­res fores­ta­les fabrica­dos con piezas y mode­los de trac­to­res agríco­las no son lo suficien­te­mente resis­ten­tes para con­dicio­nes adver­sas. Esto es lógico, ya que las piezas uti­liza­das en los trac­to­res agríco­las no están diseña­das para sopor­tar el uso forestal.Por eso hemos desar­rol­lado una máquina tan robusta que puede uti­lizarse en el bosque sin proble­mas. Un trac­tor fores­tal debe ser real­mente un trac­tor fores­tal, afirma Vidgrén.


Según el jefe del distrito, Sauli Piis­pa­nen, la prueba de con­ducción fue un éxito. En un ter­reno pan­ta­noso y difícil, pudi­mos trans­por­tar 50 met­ros cúbicos de madera api­lada por hora de 0 a 200 met­ros, lo que supone un volu­men impre­sio­nante. Tra­ba­ja­mos sin día de descanso, la máquina aguantó muy bien.
El agricul­tor Viljo Sahl­ström nos contó lo sorpren­dido que estaba al ver con qué sua­vi­dad se mueve el trac­tor fores­tal por el bosque.
Esta prueba se rea­lizó en una plan­tación des­ti­nada a la tala, y cuando la tala está bien orga­nizada y se abren cami­nos adecua­dos de unos tres met­ros de ancho y con una sepa­ración de 40 a 50 m para la máquina en el bosque, el suelo fores­tal no sufre tan­tos daños. Los pro­pie­ta­rios fores­ta­les aún tie­nen una vaga­sos­pecha al res­pecto.